8 claves para determinar el precio de tu producto

• Cura el precio de coste. Ha de ser el precio mínimo al que se debería vender un producto. Aquel con el que obtendrás un beneficio = 0. Este ha de ser el precio que te permita cubrir los costes de proveedores, almacén, logística, estructura… Es tu precio base.
• Fija los márgenes necesarios para tu negocio. ¿Cuánto vas a ganar con cada producto? Agregar este valor porcentual al precio de coste es la forma de asegurar el beneficio más allá de la rentabilidad.
• Analiza la variabilidad del mercado. Entender esta parte es fundamental para designar el precio de tus productos. En un mercado muy saturado, deberás decidir si quieres diferenciarte por una alta calidad (con el coste asociado que eso implica) y optar por un beneficio mayor o menor. Sin embargo, puedes apostar por un precio mínimo batallando por la compra de materiales en grandes lotes que te permitan disparar la producción a bajo coste. Ese será uno de los pilares que defina el precio de tu producto.
• Cuenta con la fluctuación de la demanda. Los productos cambian sus precios durante el año en función del requerimiento por parte de los compradores. Analiza a tu competencia y al mercado para comprobar cómo se comportan sus precios y sus catálogos ante estas fluctuaciones para gestionar el stock de tu almacén y ajustar tu estrategia de precios.
• Segmenta las necesidades de cada comprador. ¿Tratas con productos de alta cualificación, con productos cuya compra se mueve por impulsos o con artículos de primera necesidad? Entender la toma de decisión de tus potenciales compradores te permitirá ofrecer precios más adecuados, haciendo uso, entre otras técnicas, de los precios psicológicos.
• Marca el ciclo de vida de tus usuarios. Tu estrategia de pricing debe tender hacia la personalización de la experiencia de compra. Y eso afecta de primera mano a los precios de tus productos, que deberán variar con un rango límite para permitir la repetición de compra, la recomendación a terceros y el up-selling, entre otros.
• Valora los costes asociados al usuario. Define qué va a incluir el precio de tus productos: gastos de envío, paquetería, opciones de mantenimiento, repuestos… Todo eso confiere un valor intrínseco al producto que te puede diferenciar de la competencia a través de un mejor precio global.
• Y no olvides tu imagen de marca. Estrechamente relacionado con la necesidad de compra a baja escala, has de marcar cuál quieres que sea la línea de presentación de tu marca. La percepción de la audiencia juega un papel fundamental en la estrategia de pricing. Trabaja la idea del imaginario colectivo para adaptar tus precios base a lo esperado por tus compradores en calidad-precio.

Cuando los tenga todos, ¿qué hago?

Teniendo todos estos factores en cuenta, ya te debe haber salido una aproximación de los que deberían ser los precios para cada uno de tus productos. No obstante, hay una parcela de experimentación que debes dejar de mano de la prueba y el error. Y está claro que eso, a priori, puede parecer vertiginoso si no fuera por las excelentes herramientas de optimización de precios con las que puedes contar a día de hoy.

Hacerte con una solución de pricing como Reactev te permitirá poner en marcha la estrategia de precios que hayas definido como toma cero para afinarla al 100% en función de la respuesta obtenida tanto por parte del mercado como por tus propios usuarios. Gracias a los algoritmos de inteligencia de precios e inteligencia artificial, sacarás el máximo partido a toda la información recabada en cuanto a ventas, volumen de stock de tu almacén y los cambios que se producen en tu competencia. ¡El mejor aliado de tu e-commerce!